El Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles Españoles es el primero de una serie que, bajo el título genérico de Inventario Nacional de Hábitats y Taxones, está siendo realizada para el Ministerio de Medio Ambiente por un amplio número de expertos en biodiversidad agrupados en varios equipos. A continuación de este Atlas aparecerán, entre ahora y el año 2003, el de aves nidificantes, el de mamíferos, el de flora vascular y el de hábitats naturales y seminaturales, todos en avanzado estado de ejecución.
Tras esta iniciativa hay un triple mandato. En primer lugar, del Convenio sobre Diversidad Biológica, de 1992, que dedica su artículo 7 a la identificación y seguimiento de la biodiversidad de cada Parte Contratante. En segundo lugar, del Gobierno, que al crear el Ministerio de Medio Ambiente en 1996 le asignó, entre otras, la función de realizar este Inventario. Por último, del Congreso de los Diputados que en el Debate sobre el Estado de la Nación de 1999 instó por unanimidad al Gobierno a que se realizase el inventario, que se consideró como un “instrumento de vital importancia para el desarrollo y aplicación de la Estrategia Española para la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica”.
Hay un último aspecto del Inventario que no quiero pasar por alto, y es el de la gran participación de los científicos españoles en este proyecto. Son más de un millar los que, a través de sus respectivas asociaciones científicas (AEF, AHE, SECEM, SEO) o de los centros de investigación e instituciones académicas –en el caso de los peces y de la flora–, están dedicando su tiempo y esfuerzos a la realización de los Atlas, haciendo del Inventario Nacional de Hábitats y Taxones una iniciativa sin precedentes. Como responsable del proyecto éste es el aspecto que me resulta más grato y, por ello, es con el que quiero concluir esta presentación.
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